Regreso a casa tras casi dos meses sin actualizar, llena de cosas que contar (más libros, más música, más cine, más series), porque han sido dos meses fructíferos, en los que he conocido a personajes que me acompañarán siempre (Hazel, Fiver, Bigwig, va por vosotros), he avanzado varios kilómetros en el camino hacia la Torre Oscura, he descubierto discursos sorprendentemente feministas en películas comerciales que derrochan testosterona en cada promo (en serio; ya hablaremos de la nueva Mad Max) Joss Whedon ha estrenado por fin su Era de Ultrón (¿os acordáis cuando sólo se estrenaba una película con hype al año? Ahora tenemos El Hobbit, Kingsman, Los Vengadores, Jurassic World, Tomorrowland, Mad Max, todo en unos pocos meses; no sé vosotros, pero yo no doy abasto…), me he enganchado a las versiones 2.0 de Jane Austen de Pemberley Digital, y he recibido nuevas cartas de rechazo de editoriales. Yay.
Y, sobre todo, he acabado el primer borrador de Boatswain, tras casi un año y medio de trabajo. Y yo que me propuse conseguirlo en tres meses… Al menos ese puñado de hojas manchadas de tinta se ha convertido en un primer manuscrito que guarda cierto parecido con lo que quería conseguir. Ya lleva casi un mes enfriándose. Le queda poco para alcanzar una temperatura desde la que pueda sentarme de nuevo a trabajar en ella. La vida, como siempre, se interpone. Pronto, muy pronto.